Nadie Muere de Amor (2023)

Parece sencillo decirlo, y casi todos lo pregonan; es la típica frase que está en nuestros labios para dar ánimos y consolar a algún corazón roto: “Nadie Muere de Amor”. Sin embargo; tener esa vivencia es algo muy personal, cada persona respira su dolor y su pena de una forma distinta, y para cada uno de esos corazones rotos, el rechazo, el desamor, la negativa, se vuelve algo que quema por dentro; que destruye al punto de querer descansar el cuerpo y el corazón triste en alguna camilla de hospital.

Cuando te estas sintiendo morir; cuando se te hormiguean los brazos y la respiración es casi nula, allí es cuando aparece resonante la frase que, cual fantasmita retro, te recuerda que es cierto; que toda esa masa de seres humanos no puede estar errada: No vas a morir por esa aflicción. En algún momento -que siempre deseas que sea pronto, va a disiparse como agüita y va a ir corriendo por tu cuerpo hasta desprenderse de tu sistema.

Que aquella persona que dolía, que el tiempo y los recuerdos que dolieron se van a cernir, como harinita. Sólo quedará la fina harina, esa que servirá para que hagas un pastelito en tu memoria, y lo saborees. Viviste, y eso es lo que importa. Morir, así -de amor; vale la pena; porque nos recuerda que fuimos valientes y nos atrevimos a ser vulnerables.

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